La aparición de la Tragicomedia de Calisto y Melibea supuso una novedad en el panorama literario de la época pero aún resultó más novedosa, y por ende más confusa, para los críticos que a lo largo de la Historia se han visto obligados a definirla.
Por lo tanto, resulta conveniente buscar la segura senda que nos proporciona el propio texto para poder adscribir el mismo a uno de los diferentes géneros literarios por todos conocidos. En primer lugar debemos anotar que se trata de un texto dialogado, ya que en todo él no encontramos la figura de un narrador que nos conduzca por el universo urbano que se dibuja en los parlamentos de los diferentes personajes. Por otro lado, en los versos finales de Proaza, este nos advierte de que no se trata de una representación, sino de una lectura dramatizada, es decir, una lectura en la cual el lector o lectores deberá realizar aquellas inflexiones tonales que mejor convengan a la situación que se está planteando en el texto.
Vistos estos datos cabría preguntarnos si esta manera de proceder, es decir, leer en voz alta una obra ante un auditorio más o menos numeroso, encaja con los usos de consumo literario propios de la época. La respuesta a esta incógnita deberá ser un rotundo sí. El conocimiento de los niveles de alfabetización del periodo (sumamente bajos) unidos al conocimiento que la población en general tenía de los héroes y personajes literarios nos sugieren que este modo de proceder, es decir, la lectura en voz alta, debió ser un más que habitual procedimiento en el acercamiento al pasatiempo literario.
Consecuentemente, La Celestina sería una obra pensada para su lectura en voz alta, algo que encaja a la perfección en el género denominado Comedia humanística. Este tipo de obra, propia del ámbito académico (recordemos que Fernando de Rojas era en el momento de escribir la obra estudiante en Salamanca), gozará de relativo éxito durante el siglo XV. Este tipo de composiciones solían tener un argumento sencillo, empleaba con frecuencia citas clásicas y mostraba especial querencia por los personajes de baja condición. Si ahora comparamos estas características con las de nuestra obra comprobaremos que coinciden punto por punto.
Así pues, podemos concluir que la Tragicomedia de Calisto y Melibea es una comedia humanística, un género literario que forma parte de una larga tradición que partiendo en la comedia elegiaca pasa a la comedia romana de Terencio y Plauto.
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