Tras la expulsión de las tropas napoleónicas ocupará el trono Fernando VII en 1814, restaurando el antiguo régimen absolutista. Se dará de este modo comienzo a un periodo sumamente complejo para los intelectuales hispanos que, salvo en el trienio liberal (1820-1823) verán francamente mermadas sus libertades y como la España fernandina se cerraba a cal y canto a cualquier influjo europeo.
La situación se volverá insoportable durante la denominada década ominosa (1823-1833). Durante estos diez años muchos de nuestros intelectuales se verán obligados a exiliarse lo cual, por otro lado, les permitirá entrar en contacto con las corrientes literarias imperantes en el resto de Europa.
A la muerte de Fernando VII en 1833 dará comienzo la guerra sucesoria entre los partidarios de Carlos, hermano de Fernando, y los de Isabel, hija del monarca. Durante los diez primeros años del reinado de Isabel II los sectores progresistas ocuparon el gobierno, lo cual facilitó el retorno de muchos de los exiliados. Desde 1843 hasta 1853 el gobierno será ocupado por los miembros más moderados de la arena política.
Si analizamos los datos de carácter histórico podremos entender que fueron estas circunstancias las que determinaron la aparición, profundidad y pervivencia del movimiento romántico en España.
Así, salvo la aparición de puntuales precursores románticos como la publicación periódica de El europeo en Barcelona entre 1823-1824 o la aparición de La defensa de la Comedia española de Agustín Durán en 1828, las primeras muestras de literatura romántica coincidirán con el regreso, a partir de 1833, de los intelectuales exiliados.
De igual manera, coincidiendo con la llamada Década moderada (1843-1853) el embrionario Romanticismo hispano certificará su defunción. De nuevo las circunstancias políticas no son las más idóneas. A esto habría que añadir por un lado la moderación sufrida por muchos de nuestros literatos que, de un modo natural, irán conformando las filas del Realismo. A esto unamos la muerte física, en nada metafórica, de otros muchos.
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