Piedra Rosseta |
Podemos definir la escritura como el sistema de comunicación humano encargado de traducir a términos visuales, mediante el uso de signos gráficos convencionales dispuestos secuencialmente, los signos vocales que se emiten de forma sucesiva al hablar.
No obstante, existe un tipo de escritura, conocida como escritura ideográfica, en la que la traducción no es la de signos vocales, sino la de ideas o conceptos. Cada uno de estos signos gráficos recibe el nombre de ideograma.
El sistema ideográfico cuenta con la ventaja de ser un sistema estable al no depender en absoluto de las posibles variaciones en el sistema fónico. No obstante, cuenta con una gran desventaja, la de necesitar un altísimo número de signos para designar todos los conceptos posibles, lo cual lo hace, al menos en una variante pura, inoperante.
El chino mandarín es una lengua de base ideográfica aunque en todas las lenguas es posible rastrear algún tipo de ideogramas, como por ejemplo los números, que representan, de modo estilizada, un concepto.
Otro gran grupo de tipos de escrituras está formado por aquellas que sí traducen visualmente un sonido. Dentro de este grupo podemos distinguir por un lado las escrituras silábicas, en las que cada signo se corresponde con una sílaba. Este tipo de sistemas serán los primeros en basarse en un elemento fónico y se centrarán precisamente en la sílaba por ser esta una unidad fónica intuitiva.
En la actualidad son pocas las lenguas que siguen contando con una escritura de tipo silábica. Entre ellas cabría citar al japonés, de tipo ideográfico/silábico y el amárico, lengua oficial de etiopía.
Por otro lado, podemos hablar de escrituras alfabéticas, aquellas en las que los signos gráficos representan a cada uno de los fonemas de una lengua. Estos tipos de escritura cuentan con la indudable ventaja de disponer de un número limitado y reducido de signos fáciles de recordar.
Las primeras escrituras alfabéticas surgirían a lo largo del segundo milenio antes de cristo en la zona de Próximo Oriente. Se trata de alfabetos de una serie de lenguas semíticas que solo cuentan, en la escritura, con grafemas para representar las consonantes. Uno de estos alfabetos, concretamente el alfabeto fenicio, se expandirá por toda la cuenca mediterránea durante el primer milenio antes de Cristo. Se trata de un alfabeto compuesto por veintidós signos que servirá de base para la aparición de los alfabetos griego y arameo (de este último surgirá la escritura hebrea y árabe).
Entre los siglos X y VIII antes de cristo el griego se convertirá en el primer sistema completo al incorporar al alfabeto los grafemas encargados de representar a los fonemas vocálicos. De su modelo oriental surgirá el alfabeto cirílico y el griego moderno y de su variante oriental surgirá el alfabeto etrusco, ascendiente directo del alfabeto latino.
Enlace al esquema
El sistema ideográfico cuenta con la ventaja de ser un sistema estable al no depender en absoluto de las posibles variaciones en el sistema fónico. No obstante, cuenta con una gran desventaja, la de necesitar un altísimo número de signos para designar todos los conceptos posibles, lo cual lo hace, al menos en una variante pura, inoperante.
El chino mandarín es una lengua de base ideográfica aunque en todas las lenguas es posible rastrear algún tipo de ideogramas, como por ejemplo los números, que representan, de modo estilizada, un concepto.
Alfabeto amárico |
En la actualidad son pocas las lenguas que siguen contando con una escritura de tipo silábica. Entre ellas cabría citar al japonés, de tipo ideográfico/silábico y el amárico, lengua oficial de etiopía.
Por otro lado, podemos hablar de escrituras alfabéticas, aquellas en las que los signos gráficos representan a cada uno de los fonemas de una lengua. Estos tipos de escritura cuentan con la indudable ventaja de disponer de un número limitado y reducido de signos fáciles de recordar.
Las primeras escrituras alfabéticas surgirían a lo largo del segundo milenio antes de cristo en la zona de Próximo Oriente. Se trata de alfabetos de una serie de lenguas semíticas que solo cuentan, en la escritura, con grafemas para representar las consonantes. Uno de estos alfabetos, concretamente el alfabeto fenicio, se expandirá por toda la cuenca mediterránea durante el primer milenio antes de Cristo. Se trata de un alfabeto compuesto por veintidós signos que servirá de base para la aparición de los alfabetos griego y arameo (de este último surgirá la escritura hebrea y árabe).
Entre los siglos X y VIII antes de cristo el griego se convertirá en el primer sistema completo al incorporar al alfabeto los grafemas encargados de representar a los fonemas vocálicos. De su modelo oriental surgirá el alfabeto cirílico y el griego moderno y de su variante oriental surgirá el alfabeto etrusco, ascendiente directo del alfabeto latino.
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