Llamamos Cantar de Gesta a aquel en el que se recitan
las hazañas de los héroes y las obras de los antepasados, como la
vida y martirio de los santos y las demás adversidades que por la
verdad y la fe han padecido los hombres de antaño, como la vida de
San Esteban protomártir y la historia del rey Carlos.
Jean de
Grouchy. De música (h
1290)
Cecil Maurice Bowra en su obra La poesía heroica define los cantares de gesta como relatos heroicos escritos en verso en los que se exaltan las hazañas de seres superiores cuyo único ideal es la persecución del honor a través del riesgo y el esfuerzo. Estos personajes y los hechos que protagonizan estarán, en opinión del mismo autor, hondamente vinculados a la colectividad a la que van dirigidos.
La polémica sobre la composición de estas obras ha sido enconada y aún hoy en día no parece haberse llegado a una solución definitiva.
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Milà i Fontanals |
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Joseph Bédier |
Los seguidores de las tesis tradicionalistas, a cuya cabeza cabe situar a don Ramón Menéndez Pidal (6), suponen que los cantares nacen inmediatamente después de los acontecimientos narrados. Sería en sucesivas refundiciones como el poema iría incrementándose hasta que alguien decide fijarlo por escrito. Se trata de un proceso de amplificación creativa en el que van tomando parte diferentes personalidades creativas que en cada nueva reelaboración van haciendo el poema suyo. De este modo, aunque realmente podamos considerar que en su día existió un autor primitivo, la relevancia de este sería mínima puesto que, ni se siente autor, dado que cede su creación a la colectividad, ni efectivamente es el autor único. Estos supuestos, en contra de la opinión de Bédier que como hemos visto suponía una datación tardía, hace que Pidal adelante la fecha hasta los años finales del siglo X o primeros del XI.
Por lo que se refiere al origen de la épica medieval castellana la cuestión resulta igualmente problemática. Mientras que Menéndez Pidal defiende el origen germánico de nuestra épica, Gastón París y Eduardo Hinojosa creen encontrar argumentos a favor de un origen francés. La utilización de asonantes y la similitud en ciertos términos, unido a la mayor antigüedad y número de las canciones francesas, hacen pensar a estos estudiosos que los poemas compuestos al otro lado de los Pirineos inspirarían las obras nacionales. El Camino de Santiago funcionaría ,como en otros muchos casos, de puerta de entrada y vía de expansión de esta novedad literaria. (5)
Con todo no son estas las únicas teorías propuestas para esclarecer el origen de nuestra épica. Julián Ribera (Disertaciones y opúsculos) y Conde y Huet son partidarios de un posible origen arábigo-andaluz, mientras Salvador Martínez en su obra El “Poema de Almería” y La épica románica se muestra partidario de un origen latino.
Las características más significativas de la poesía épica castellana son básicamente cinco:
a) Rima asonante.
b) Versos de medida fluctuante, generalmente entre 14 y 16 sílabas por verso, y con fuerte cesura.
c) Los versos se agrupan en tiradas que mantiene la rima y la unidad temática.
d) Fuertes dosis de realismo.
e) Lenguaje arcaizante y léxico que huye del vulgarismo.
Alan Deyermond, por su parte, propondrá en El “Cantar de Mío Cid” y La épica medieval española un total de cuatro características:
- Mayor pérdida de textos que el caso francés.
- Larga pervivencia en las crónicas.
- Importancia de la mujer y del amor sexual.
- Peculiaridades individualizadoras propias de su obra maestra:
- Realismo.
- Sobriedad.
- Mesura del héroe.
- Desenlace feliz.
- Modificación de los patrones épicos.
Alan Deyermond |
El paupérrimo corpus que ha logrado sobrevivir al naufragio de los tiempos nos hacer suponer la existencia de múltiples textos hoy perdidos. Menéndez Pidal aportó noticias de no pocos de ellos llegando a la reconstrucción de algunos como el Cantar de Los siete Infantes de Lara. En esta labor fue crucial el material aportado por las crónicas medievales. En estos documentos es posible encontrar prosificaciones que, en ocasiones, copian series enteras de tiradas procedentes de esos cantares hoy perdidos.
Para terminar, proponemos una clasificación de los diferentes poemas épicos castellanos encuadrándolos en diferentes ciclos.
- Ciclo de los Condes de Castilla: Cantar de los siete Infantes de Lara, el Cantar de Fernán González, La Condesa traidora y el Romanz del Infant García.
- Ciclo carolíngio: Roncesvalles, el Mainete y el Bernardo el Carpio.
- Ciclo del Cid: Cantar de Mío Cid, Las mocedades de Rodrigo, el Cantar de Sancho II y el Cantar del Rey don Fernando.
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