Roman Jakobson |
"La teoría literaria en el siglo XX", José María Pozuelos Vyvancos
Curso de teoría de la literatura
Durante los primeros años del siglo XX la ciencia literaria seguía arrastrando la herencia positivista del siglo anterior. Como hemos visto esta concepción de los estudios literarios suponía la aglutinación, no siempre ordenada, de datos biográficos, curiosidades históricas, aspectos psicológicos e incluso opiniones con la vana esperanza de encontrar en ellos los principios causales que lograran explicar el fenómeno literario.
Contra esta forma de entender la teoría literaria surgirán una serie de estudiosos que centrándose en la forma pretenderán convertir a la ciencia literaria en una ciencia autónoma. Esto supuso dotar al texto literario de todo el protagonismo del que era merecedor situándolo en el centro mismo de la investigación científica. Se debía atender a su especificidad y procurar descubrirla mediante el análisis del funcionamiento, la organización y la construcción del lenguaje que es propio del texto literario.
Surge de este modo un conjunto de corriente teóricas que el profesor Pozuelo Yvancos divide en formalismo duro y formalismo débil.
Formalismo débil
Estilística
Dámaso Alonso |
Uno de los presupuestos básicos de la Estilística es que el lenguaje literario es un tipo de lenguaje especial que se desvía del uso estándar. La ciencia literaria debe descubrir cómo se produce este desvío y la tesis propuesta por la Estilística es que estas particularidades idiomáticas de la lengua literaria se explican por las particularidades psíquicas que revelan. La lengua literaria es desvío, tiene que ser desvío me atrevería a decir, porque es el fruto de una intuición original que parte de capacidad creadora e individualizada. Estos presupuestos implicarán la unicidad entre el sujeto y el objeto literario.
El método estilístico pretende descubrir esta intuición original partiendo de los hechos lingüísticos externos. A partir de ellos se realizarán análisis cada vez más profundos e internos que desemboquen en la interpretación global de la obra objeto de estudio.
Entre los representantes más destacados de la Estilística cabría mencionar a Leo Spitzer, Amado Alonso, Carlos Bousoño o Dámaso Alonso.
New Criticism
Se trata de una corriente teórica norteamericana formada por estudiosos y escritores (I.A. Richards, A. Tate, Y. Winters,...) que postula, principalmente, que ninguna construcción teórica externa puede suplir a la lectura atenta como base de la investigación literaria. Esta teoría implica el tratamiento del texto como un objeto que debe ser estudiado en sí mismo renunciando a lo que estos teóricos denominan falacias. Por ejemplo, la falacia biográfica, ya que consideran que la vida del autor no puede explicar el objeto literario, o la falacia intencional, a la cual recurrimos con tanta frecuencia cuando interpretamos la intención del autor (el autor quiere decir...).
Formalismo fuerte
Formalismo ruso
En Rusia surgirá una ciencia literaria que reacciona contra el idealismo temático-simbolista que a principios del siglo XX triunfaba en las universidades. Propugnarán un interés por la obra literaria en sí misma, pero buscando en ella la especificidad de lo literario, lo que años más tarde Roman Jakobson denominará "literariedad" y que es aquello que convierte a un texto dado en un texto literario. Esta búsqueda se llevará a cabo en primer lugar en el ámbito lingüístico, pero más adelante, la aplicación del método formalista, "morfológico" en la terminología de Eichembaum, se aplicará a todos los elementos del texto literario, desde el lenguaje a los personajes pasando por el contenido.
El estudio de la forma en los productos literarios pretenderá aportar una explicación de la función de las diferentes elecciones realizadas por el autor que estarán supeditadas a un principio constructivo. De este modo, la literatura será una manera de organizar la lengua para que sea percibida como una lengua nueva; una nueva forma de nombrar que resulta creativa y que contribuye a la revitalización del signo lingüístico, puesto que lo dota de posibilidades expresivas con las que no cuenta, o que se encuentran latentes, en el uso cotidiano.
Shklovsky introducirá el concepto del extrañamiento, que él mismo define así:
"El propósito del arte es el de impartir la sensación de las cosas como son percibidas y no como son sabidas (o concebidas). La técnica del arte de "extrañar" a los objetos, de hacer difíciles las formas, de incrementar la dificultad y magnitud de la percepción encuentra su razón en que el proceso de percepción no es estético como un fin en sí mismo y debe ser prolongado. El arte es una manera de experimentar la cualidad o esencia artística de un objeto; el objeto no es lo importante."(Shklovski, «Искусство как приём», "Art as Technique","El arte como técnica", 12)
Según Shklovsky el signo lingüístico en el habla funciona como un sustituto de la cosa y ofrece una visión automatizada del mundo. Cuando el signo se convierte en objeto literario se ve enriquecido/dificultado por el empleo de diversas técnicas, lo que hace que sea observado de un modo distinto y nuevo. El signo, tamizado por la trama literaria, ya no permite el mero reconocimiento pasivo y automático que experimenta en su uso cotidiano. El mundo representado por el signo literario es pues un mundo nuevo que se contempla por primera vez.
Roman Jakobson, que formará parte en un primer momento del formalismo ruso (con solo 18 años se convirtió en uno de los impulsores del Círculo Lingüístico de Moscú), insistirá en la importancia del signo lingüístico en el discurso poético. Al establecer la función estética, más tarde poética, como propia de la poesía, Jakobson enfatiza la importancia del signo en este tipo de textos. La lengua se convierte así en el factor determinante de la especificidad literaria.
En un segundo momento el formalismo ruso se ocupará de aspectos relacionados con la evolución literaria, con la relación que se establece entre lo literario con otras series no literarias y con el funcionamiento de la Literatura como sistema.
Tinianov jugará un importante papel en esta etapa al proponer la evolución literaria como una sustitución de sistemas. Tras esta idea se esconde la concepción de la obra literaria como un sistema en el que el papel de los elementos viene determinado por su función en el sistema. Esto implicará el establecimiento de relaciones jerárquicas dentro de este sistema. Lo mismo ocurre con la literatura, que también será un sistema pero en el cual la evolución vendrá determinada por la alternancia de los elementos/principios dominantes. La sustitución de un sistema por otro se producirá, básicamente, cuando los principios depuestos se han automatizado o lexicalizado.
Roman Jakobson, que formará parte en un primer momento del formalismo ruso (con solo 18 años se convirtió en uno de los impulsores del Círculo Lingüístico de Moscú), insistirá en la importancia del signo lingüístico en el discurso poético. Al establecer la función estética, más tarde poética, como propia de la poesía, Jakobson enfatiza la importancia del signo en este tipo de textos. La lengua se convierte así en el factor determinante de la especificidad literaria.
En un segundo momento el formalismo ruso se ocupará de aspectos relacionados con la evolución literaria, con la relación que se establece entre lo literario con otras series no literarias y con el funcionamiento de la Literatura como sistema.
Tinianov jugará un importante papel en esta etapa al proponer la evolución literaria como una sustitución de sistemas. Tras esta idea se esconde la concepción de la obra literaria como un sistema en el que el papel de los elementos viene determinado por su función en el sistema. Esto implicará el establecimiento de relaciones jerárquicas dentro de este sistema. Lo mismo ocurre con la literatura, que también será un sistema pero en el cual la evolución vendrá determinada por la alternancia de los elementos/principios dominantes. La sustitución de un sistema por otro se producirá, básicamente, cuando los principios depuestos se han automatizado o lexicalizado.
Estructuralismo
Las propuestas lingüísticas realizadas por Ferdinand de Saussure en su Cours de linguistique générale de 1913 dominarán de manera el panorama lingüístico de los años setenta del pasado siglo. No obstante, su predominio no se limitará a este campo, sino que la base de los postulados estructuralistas se extrapolarán a buena parte de las ciencias humanas, por supuesto, también a la literatura.
Así, como ocurre en lingüística, en literatura el significado de un elemento estará establecido por el lugar que ocupa en la estructura global que es el texto y este vendrá determinado por las relaciones opositivas que establece con los otros elementos del sistema.
Jakobson hará suyos estos postulados tanto al establecer el concepto de función poética como al estudiar las recurrencias propias del discurso poético. Según señala este autor la poesía proyecta en la cadena sintagmática el principio constructivo de la semejanza paradigmática, organización que hace a la palabra memorable (entiendo que en el doble sentido del término). Este punto de vista, aunque limitado al discurso poético, evidencia la existencia de una estructura formal subyacente en el texto literario. Estructura que será posible estudiar aplicando los mecanismos propios del estructuralismo lingüístico, o como en el caso de Greimas, semántico. El lingüista de origen lituano utilizará el concepto de la isotopía semántica para investigar como la sucesión recurrente de semas en un texto colabora a la configuración del tema.
Neoformalismo francés
El neoformalismo francés beberá en las fuentes del formalismo ruso y el estructuralismo. Él sentará las bases de la narratología moderna. Partiendo de los principios establecidos por el estructuralismo, cada relato representa la "parole" de una "langue". En cada sistema literario existe una estructura profunda que será actualizada en cada relato al plasmarse en una estructura superficial dada.
Neoformalismo francés
El neoformalismo francés beberá en las fuentes del formalismo ruso y el estructuralismo. Él sentará las bases de la narratología moderna. Partiendo de los principios establecidos por el estructuralismo, cada relato representa la "parole" de una "langue". En cada sistema literario existe una estructura profunda que será actualizada en cada relato al plasmarse en una estructura superficial dada.
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