Las
circunstancias nos impiden desarrollar en detalle y de manera
exhaustiva el conjunto de subgéneros narrativos. Unamos a esto que
el afán de originilidad que desde la época romántica ha influido
radicalmente en el desarrollo de los géneros literarios ha
contribuido poderosamente, como señalara Carlos Bousoño, a provocar
un constante hibridismo genérico así como a la aparición de nuevos
subgéneros, lo cual, obviamente dificulta su clasificación.
No obstante, se han venido distinguiendo tradicionalmente entre los
subgéneros narrativos mayores y los subgéneros menores.
Los
primeros, de mayor extensión, se afanan por conservar un conjunto de
vivencias sentidas como transecendentales para el devenir de una
comunidad. Normalmente estas obras suelen organizarse en virtud de
una estructura interna que divide la materia narrada en capítulos o
episodios. Por último, en este tipo de subgéneros resulta frecuente
la multiplicidad de voces narrativas.
Por su parte, los denominados géneros narrativos menores, cuentan,
obviamente, con una menor extensión y suelen centrarse en un
aspecto concreto de la realidad. Igualmente se desarrollarán en un
tiempo y en un lugar único, al tiempo que cuenta con una reducida
nómina de personajes. No son infrecuentes en estas obras el empleo
de estratégicas seudodramáticas así como de herramientas
simplificadoras que colaboran a prescindir de lo superfluo.
El cuento
Se trata de la forma narrativa
breve por antonomasia. Normalmente se articula entorno a un
acontecimiento de carácter maravilloso y podemos rastrear su origen,
según A. Jolles, Einfache
formes, en la forma
simple denominada “cuento de hadas”.
Generalmente estas composiciones cuentan con un narrador omnisciente
que refiere las peripecias sufridas por un conjunto reducido de
personajes que suelen representan prototipos facilmente reconocibles.
En un espacio y en un tiempo, por lo general único, el autor
aplicará conscientemente todo un conjunto de mecanismos de
condensación y síntesis.
La epopeya
Considerada como la más antigua de las formas narrativas la epopeya
se encarga de codificar y perpetuar la conciencia de una colectividad
contribuyendo a la construcción de una identidad que podríamos
denominar “nacional”.
Escrita normalmente en verso tendría su origen en formas populares
de realización oral lo cual explicaría el frecuente empleo de
figuras de repetición, epítetos o fórmulas esteretipadas.
El romance
El romance es una composición de carácter épico-lírico, la más
antigua en lengua castellana, que, siendo de origen oral, narra
acontecimientos reseñables para una colectividad incluyendo un
componennte lírico y utilizando estratagias dramáticas.
Escritos en verso octosílabo surgen, según apunta Menéndez Pidal
de la desintegración de los Cantares de gesta. Esta afirmación,
aceptada por Deyermond en lo que a la forma se refiere, resulta
controvertida si antendemos a los ejes temáticos desarrollados en
estas composiciones.
La novela
Se trata de un subgénero narrativo mayor dotado de un carácter
eminentemente protéico. Su connatural complejidad y variabilidad ha
hecho realmente difícil establecer una definición exacta de lo que
debemos entender por novela. Una buena muestra de esto será la
definición propuesta por Camilo José Cela. Para este autor una
novela sería todo libro que en su portada, debajo del título,
llevara escrito la palabra novela.
En todo caso, la novela constituirá un producto eminentemente
burgués en el que se evocará un mundo extenso y diversificado en el
cual se desarrollará una historia. Igualmente, sus personajes suelen
ser seres complejos que han de enfrentarse a diferentes dificultades
lo cual les obligará a evolucionar. Tradicionalmente, aunque en este
punto las posibilidades son abrumadoras, la novela suele dividirse en
capítulos.