Las innovaciones de Lope de Vega
alcanzarán también al tipo de personajes que se presentarán sobre
las tablas. Se generarán de este modo todo un conjunto de prototipos
dramáticos que de manera sistemática se perpetuarán en todos las
obras teatrales de la época.
Generalmente, estos personajes se solían organizar de manera
binaria configurando parejas bien antagónicas bien complementarias.
Será el resultado de las relaciones entabladas por estos personajes
la que desencadenará el conflicto o conflictos sobre los que habrán
de gravitar las acciones dramáticas.
Veamos a continuación los personajes más frecuentes de la comedia
nacional.
El caballero
Se trata de un joven que se encuentra adornado con todas las
características positivas que cabría esperar de un caballero. Es
apuesto, osado, constante, generoso y noble.
La dama
Como su contrafigura masculina, se tratará de una joven que reunirá
en su persona todas las virtudes consideradas como propias de su sexo
según los patrones sociales imperantes. Así, es hermosa, recatada,
discreta y obediente.
Entre la dama y el caballero suele existir una relación amorosa que
funciona como catalizador de la acción principal de la comedia.
El gracioso
Se suele tratar del criado del caballero y constituye una creación
del propio Lope de Vega. Se han visto antecendentes de esta figura
tanto en el “zanni”, ya mencionado, como en el rústico bobo de
la tradición teatral hispana anterior a Lope. No obstante, se hace
necesario precisar que estos ecos no han logrado explicar
completamente al prototipo.
Generalmente el gracioso funciona
como el contrapunto cómico de la figura de su amo, al cual, por otro
lado, sirve de confidente. Es un ser práctico y realista que se
muestra constante en la fidelidad a su señor. Para Felipe B. Pedraza
y Milagros Rodríguez, Las
épocas de la literatura española, su
baja condición social facilitaba que el público de su mismo estrato
social se identificara con él y, consecuentemente, con la totalidad
de la obra.
La criada
Normalmente se convierte en confidente de la dama desempeñando de
este modo, como el gracioso en el caso del caballero, un poderoso
recurso para exteriorizar los verdaderos sentimientos de su ama. Como
el gracioso, es fiel y realista, si bien suele ver atenuado el
componente cómico tan propio de su par.
Resulta frecuente que la criada, junto con el gracioso, constituyan
una pareja amorosa que remeda, en ocasiones con una importante carga
cómica, los amores de sus amos. En estos casos la relación suele
dar origen a una acción secundaria.
El rey
Se constituirá en el detentador de la justicia y suele aparecer
como máximo representante social para mantener el orden social
imperante y castigar a aquellos que lo perturban.
El noble poderoso
Se trata del elemento perturbador que, llevado de una pasión
ilícita, tiende a abusar de su poder provocando la quiebra de la paz
social.
El villano rico
Se trata por lo general del padre, hermano o esposo de la dama
agraviada por el noble y que, pese a su menor posición en la escala
social, cuenta con una honra que ha sido ofendida. Este hecho le
autoriza a procurar una restitución de la misma.
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