El sufijo -dor/-dora y sus variantes
Se forman sustantivos a partir de bases verbales añadiendo los sufijos -dor y -dora. En ciertas ocasiones estos sustantivos pueden funcionar también como adjetivos (vendedora: La vendedora/La fiebre vendedora).
En los derivados regulares suele mantenerse la vocal temática perteneciente a cada conjugación. No ocurre lo mismo con los derivados irregulares, en los cuales además de desaparecer la vocal temática se emplea una variante del sufijo: -or/-ora. Desde un punto de vista sincrónico parece estar más justificada esta opción que la posibilidad de asumir múltiples variantes (-tor/-tora; -sor/-sora). Como es lógico, esto implica suponer diferentes bases supletivas (instruir>instructor: [instruct] [or]).
Por el contrario, sí que resulta necesario admitir una variante de -dor/-dora para aquellos pocos casos de derivados que tienen como base un sustantivo. Se trata de -ador/-adora (leña>leñador: [leñ] [ador]).
De manera casi general los derivados que emplean estos sufijos y son de persona suelen designar agentes (atracador), aunque no faltan casos en los que esto no es exactamente así (consultor). Por otro lado, estos derivados nominales de personas pueden formarse tanto a partir de verbos transitivos como intransitivos. En ambos casos estos sustantivos pueden expresar sintácticamente sus argumentos. Esta serie de sustantivos de persona pueden asimilarse a los predicados de caracterización o de individuo o episódicos o de estado. Los primeros se suelen dividir en los que expresan hábitos o costumbres (fumador, lectora) o en profesión, oficios u ocupaciones (labrador, escritora, falsificador). A los primeros se asimilarán los adjetivos terminados en -dor/-dora que se sustantivizan mediante el un enfático. Por su parte, los que se asimilan a los predicados episódicos o de estado designan o identifican al agente de una acción particular, lo cual permite la paráfrisis mediante una oración de relativo (La fundadora del convento>La que fundó el convento). Este tipo de sustantivos suelen ir acompañados de un complemento argumental que designa el paciente de la acción.
Un gran número de sustantivos derivados creados con los sufijos -dor/-dora designan instrumentos. Generalmente se forman a partir de verbos transitivos que no son de estado (cargador, impresora), aunque no faltan casos en que se forman a partir de este tipo de verbos e incluso de intransitivos. Esta serie de sustantivos pueden contar con la variante -dor/-dera para designar instrumentos similares o muy próximos (lanzador/lanzadera).
Es mucho menor los derivados de -dor/-dora que designan lugares. Por ejemplo: cenador, comedor, asador.
Los sufijos -dero/-dera, -ero/-era, -torio/-toria, -ario/-aria
Los sufijos -dero/-dera dan lugar a nombres de agente sobre base nominal (tejedera), con la variante -ndero sobre bases verbales (curar>curandero). También dan lugar a nombres de instrumento sobre bases nominales o verbales. Especialmente productivo en este caso resulta la variante femenina (abrazadera, alargadera, heladera), aunque no faltan los casos de nombres de instrumentos con el sufijo -dero (fregadero). Por ultimo, estos sufijos crean derivados nominales de lugar. En esta ocasión la forma más productiva es -dero (abrevadero, comedero).
El sufijo -ero/-era posee distintas variantes -icero/-icera (carnicero), -adero, -atero, -etero y sus femeninos (cafetera, panadero, vinatero). Este tipo de sufijo da lugar a gran número de nombres de oficios. Generalmente el sustantivo que aparece en la base denota el producto vendido, fabricado o preparado por la persona. También puede designar lo cazado, lo buscado o la afición de la persona. No obstante, también puede designar instrumentos (rodillera), aunque son más frecuentes los que aluden a recipientes o contenedores (azucarero, panera, salero).
Los sufijo -torio/-toria, variante culta de -dorio/-doria, contribuyen a la creación de nombres de lugar generalmente a partir de verbos de la primera conjugación (ambulatorio, velatorio).
Por su parte -ario/-aria, variante culta de -ero/-era, suelen formar derivados de nombres de persona (legionario). Cuentan con la variante -tario/-taria (mandatario). No es nada extraño que -ario forme nombres de lugar relacionados con los de conjunto (acuario, herbolario).
El sufijo -ista
Se trata de un sufijo tremendamente productivo que genera nombres de persona, que ocasionalmente se pueden emplear como adjetivos, a partir de nombres comunes (artista), propios (peronista), grupos nominales (centrocampista) y otras combinaciones léxicas (cortoplacista, mileurista).
Se ha identificado la relación existente entre los sustantivos terminado en -ismo y los terminados en -ista. De este modo parece ser posible interpretar muchos sustantivos formados con el sufijo -ista como 'persona partidaria de N -ismo' o 'persona que practica N -ismo'. No está clara la relación entre estos dos derivados. En todo caso de aceptar N-ismo>N-ista debe entenderse la sustitución de un sufijo por otro.
Los derivados de -ista que no proceden de sustantivos terminados en -ismo tiene otros muchos sentidos.
El sufijo -nte
Muchos sustantivos terminado en -nte designan personas (cantante), productos (calmante), instrumentos (volante) y lugares (saliente). En la mayoría de los casos provienen de verbos de la primera conjugación. Muchos de estos verbos son verbos de estado (creyente).
Algunos de estos derivados están en el origen de sustantivos en -ncia (ignorar>ignorante>ignorancia).
Los grupos más numerosos son los que designan personas o los que aluden a productos o sustancias. Los primeros suelen hacer referencia a personas que desempeñan oficios, ocupaciones o actividades de carácter profesional, aunque no faltan las que hacen referencia a situaciones esporádicas.
También pueden surgir adjetivos en -nte que se sustantivizan con facilidad para formar nombres de persona con función atributiva (un farsante).
La mayoría de los nombres de persona creados mediante este sufijo suelen ser comunes en cuanto al género, mientras que los que designan instrumentos y productos son masculinos. Los de lugares pueden ser masculinos, femeninos o comunes en cuanto al género.
Otros sufijos y sustantivación de adjetivos derivados
Un gran número de participios se sustantivizan para designar personas. Pueden ser tanto participios de verbos transitivos, la mayoría, o intransitivos. En muchos casos designan al paciente, es decir, lexicalizan el objeto directo (el acusado). Estos participios establecen relaciones con derivados en -dor/-dora que designan al agente (empleador/empleado).
Muchos adjetivos sustantivados designan personas o instrumentos. El proceso más común es la utilización del un enfático, sobre todo con adjetivos terminados en -'ico/-'ica (un romántico) o en -oso/-osa (una envidiosa). Algunos adjetivos terminados en -'ico/-'ica o -ivo/-iva se utilizan para designar nombres de profesión (un músico) o de producto (un teleférico).
También designan personas algunos adjetivos sustantivados terminados en -al (un criminal).
Otros sufijos también colaboran a la creación de nombres de persona. Ocurre esto con la terminación -ndo/-nda, homónima de la del gerundio (doctorando). También el sufijo -ón/-ona da origen a nombres de persona de carácter despectivo (chupón) o instrumentos (fregona). El sufijo -ica crea derivados nominales de persona de ámbito reducido (un llorica). Ocurre algo parecido, pero limitado al ámbito juvenil, con los sufijos -ata, -eta y -ata (fumeta). Igualmente, los sufijos vocálicos propios de los nombres de acción y efecto pueden dar lugar a nombres de persona (adivino).
Mención a parte merecen una serie de sufijos que designan seres animados, más concretamente sus crías. Entre estos podemos mencionar a -ezno (lobezno), -ato (ballenato), -ino (palomino), -ón (perdigón) y -ucho (aguilucho).
Los sufijos -dero/-dera, -ero/-era, -torio/-toria, -ario/-aria
Los sufijos -dero/-dera dan lugar a nombres de agente sobre base nominal (tejedera), con la variante -ndero sobre bases verbales (curar>curandero). También dan lugar a nombres de instrumento sobre bases nominales o verbales. Especialmente productivo en este caso resulta la variante femenina (abrazadera, alargadera, heladera), aunque no faltan los casos de nombres de instrumentos con el sufijo -dero (fregadero). Por ultimo, estos sufijos crean derivados nominales de lugar. En esta ocasión la forma más productiva es -dero (abrevadero, comedero).
El sufijo -ero/-era posee distintas variantes -icero/-icera (carnicero), -adero, -atero, -etero y sus femeninos (cafetera, panadero, vinatero). Este tipo de sufijo da lugar a gran número de nombres de oficios. Generalmente el sustantivo que aparece en la base denota el producto vendido, fabricado o preparado por la persona. También puede designar lo cazado, lo buscado o la afición de la persona. No obstante, también puede designar instrumentos (rodillera), aunque son más frecuentes los que aluden a recipientes o contenedores (azucarero, panera, salero).
Los sufijo -torio/-toria, variante culta de -dorio/-doria, contribuyen a la creación de nombres de lugar generalmente a partir de verbos de la primera conjugación (ambulatorio, velatorio).
Por su parte -ario/-aria, variante culta de -ero/-era, suelen formar derivados de nombres de persona (legionario). Cuentan con la variante -tario/-taria (mandatario). No es nada extraño que -ario forme nombres de lugar relacionados con los de conjunto (acuario, herbolario).
El sufijo -ista
Se trata de un sufijo tremendamente productivo que genera nombres de persona, que ocasionalmente se pueden emplear como adjetivos, a partir de nombres comunes (artista), propios (peronista), grupos nominales (centrocampista) y otras combinaciones léxicas (cortoplacista, mileurista).
Se ha identificado la relación existente entre los sustantivos terminado en -ismo y los terminados en -ista. De este modo parece ser posible interpretar muchos sustantivos formados con el sufijo -ista como 'persona partidaria de N -ismo' o 'persona que practica N -ismo'. No está clara la relación entre estos dos derivados. En todo caso de aceptar N-ismo>N-ista debe entenderse la sustitución de un sufijo por otro.
Los derivados de -ista que no proceden de sustantivos terminados en -ismo tiene otros muchos sentidos.
El sufijo -nte
Muchos sustantivos terminado en -nte designan personas (cantante), productos (calmante), instrumentos (volante) y lugares (saliente). En la mayoría de los casos provienen de verbos de la primera conjugación. Muchos de estos verbos son verbos de estado (creyente).
Algunos de estos derivados están en el origen de sustantivos en -ncia (ignorar>ignorante>ignorancia).
Los grupos más numerosos son los que designan personas o los que aluden a productos o sustancias. Los primeros suelen hacer referencia a personas que desempeñan oficios, ocupaciones o actividades de carácter profesional, aunque no faltan las que hacen referencia a situaciones esporádicas.
También pueden surgir adjetivos en -nte que se sustantivizan con facilidad para formar nombres de persona con función atributiva (un farsante).
La mayoría de los nombres de persona creados mediante este sufijo suelen ser comunes en cuanto al género, mientras que los que designan instrumentos y productos son masculinos. Los de lugares pueden ser masculinos, femeninos o comunes en cuanto al género.
Otros sufijos y sustantivación de adjetivos derivados
Un gran número de participios se sustantivizan para designar personas. Pueden ser tanto participios de verbos transitivos, la mayoría, o intransitivos. En muchos casos designan al paciente, es decir, lexicalizan el objeto directo (el acusado). Estos participios establecen relaciones con derivados en -dor/-dora que designan al agente (empleador/empleado).
Muchos adjetivos sustantivados designan personas o instrumentos. El proceso más común es la utilización del un enfático, sobre todo con adjetivos terminados en -'ico/-'ica (un romántico) o en -oso/-osa (una envidiosa). Algunos adjetivos terminados en -'ico/-'ica o -ivo/-iva se utilizan para designar nombres de profesión (un músico) o de producto (un teleférico).
También designan personas algunos adjetivos sustantivados terminados en -al (un criminal).
Otros sufijos también colaboran a la creación de nombres de persona. Ocurre esto con la terminación -ndo/-nda, homónima de la del gerundio (doctorando). También el sufijo -ón/-ona da origen a nombres de persona de carácter despectivo (chupón) o instrumentos (fregona). El sufijo -ica crea derivados nominales de persona de ámbito reducido (un llorica). Ocurre algo parecido, pero limitado al ámbito juvenil, con los sufijos -ata, -eta y -ata (fumeta). Igualmente, los sufijos vocálicos propios de los nombres de acción y efecto pueden dar lugar a nombres de persona (adivino).
Mención a parte merecen una serie de sufijos que designan seres animados, más concretamente sus crías. Entre estos podemos mencionar a -ezno (lobezno), -ato (ballenato), -ino (palomino), -ón (perdigón) y -ucho (aguilucho).
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