Como el C.D. el Complemento Indirecto (C.I.) es un argumento integrable del sintagma verbal. Las unidades sintácticas que pueden desempeñar esta función son s.n., pronombres u oraciones encabezadas por la preposición “a”. No precisan la preposición los denominados pronombres personales átonos de dativo.
Es importante señalar que no podemos considerar como C.I. las construcciones encabezadas por la preposición “para”. Estas construcciones no son susceptibles de ser sustituidas por un pronombre de dativo y pueden aparecer junto con un C.I. con un referente distinto.
Este complemento es susceptible de focalización y puede ser sustituido, como ya se ha sugerido, por un pronombre de dativo “le”, “les”.
El C.I. tiende a duplicarse, lo cual no implica que existan dos C.I. pues no nos encontramos ante dos referentes, cuando esta función la desempeña un pronombre personal tónico o cuando el C.I. se focaliza: “A María le regalaron una moto”, “Le compré una moto a ella”.
Debemos advertir que no resulta admisible emplear los pronombres de dativo como C.D. de igual forma que no es correcto emplear los pronombres átonos de acusativo como C.I. Estas incorrecciones, denominadas leísmo, laísmo y loísmo presentan, no obstante, una excepción. La Real Academia de la Lengua admite el empleo del pronombre átono de dativo como C.D. cuando el referente es masculino y personal.
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